Ahora que vemos más cerca el termino del curso escolar, es bueno reflexionar sobre la labor y responsabilidad del docente antes de su merecido descanso estival. Me gustaría tomar como ejemplo "Escuela de rebeldes" (Lean on me), película dirigida por John G. Avildsen e interpretada magistralmente por Morgan Freeman que narra la historia real de Joe Louis Clark, un director de un conflictivo instituto en Paterson (New Jersey). Me encanta está película y el mensaje vitalista que deja en mi mente de formador cada vez que la veo.
Clark, profesor de dicho instituto en tiempos mejores, es designado por la autoridades para redireccionar su centro años más tarde, en unos convulsos años 80 en plena crisis. Éste se ha venido a menos y está desolado por las drogas, delincuencia, bulling y profesores desmotivados. Las medidas disciplinarias de este director son extremas y contundentes. Pero eficaces y rápidas, mejorando la calidad de la enseñanza en tiempo record. Expulsa a todos aquellos alumnos con historial delictivo o que no han mostrado ningún tipo de interés por su propia formación (lo que me hace pensar cómo se tomaría este tipo de medidas en nuestra sistema actual). Devuelve al profesorado su estatus de formador y hace partícipe al alumnado de su proceso de aprendizaje, haciéndoleS ver que son útiles para la sociedad y que tienen una responsabilidad con la misma. Les hace encontrar el respeto por ellos mismos que habían perdido. Eso sí, todo ello con un bate de baseball en la mano y un ejercito de guardias de seguridad que controlan que las drogas y la violencia no vuelven a los pasillos del Eastside High School.
Una de las cosas que siempre me llamó la atención de esta película es que el director Clark hace uso de un megáfono para hablar dentro de su centro. Clark hizo patente que quería hacerse oír. Que su mensaje llegara con claridad a todos los que estaban participando del trabajo compartido en el centro. Que no hubiera margen de duda a lo que estaba exigiendo y defendiendo. "Representan el 70% del fracaso de nuestros alumnos". De esta forma tan cruda se dirige a un desmotivado profesorado mientras les recuerda que están fallando como educadores. Parece que en estos tiempos donde solemos estar rodeados no solo de sonidos sino de ruidos, a los educadores nos haría falta un megáfono para hacernos escuchar.
En materia de educación, como en tantos otros aspectos de la vida, todos parecemos tener una opinión válida que queremos defender como si nos fuera la vida en ello
El nuevo educador debe remar entre una marea de opiniones, tendencias y responsabilidades que no siempre son fáciles. En materia de educación, como en tantos otros aspectos de la vida, todos parecemos tener una opinión válida que queremos defender como si nos fuera la vida en ello (y muchas veces sin conocimiento de causa). Hoy más que nunca, el educador debe ser, más que un líder, un ejemplo donde verse reflejado. Una guía por la cual los demás deben caminar. Tendrá que tomar decisiones difíciles. No siempre serán bien aceptadas, no siempre serán agradables. Pero serán necesarias. Porque el buen educador sabe lo que tiene que hacer y no escatimará tiempo ni energías en su desempeño, aunque a veces suponga soledad. Y si hace falta, se atreverá a usar ese megáfono que todos los educadores llevamos dentro para hacernos oír.
Y para terminar, recomendar la iniciativa pionera en materia de educación que en Grupo BLU estamos llevando a cabo. TALENTO DOCENTE es un torneo de debate bilingüe para docentes en ejercicio o que quieren serlo donde mejorar las capacidades de comunicación, debatiendo sobre aspectos y dificultades educativas de nuestro tiempo. No pierdas esta oportunidad e inscríbete ya en TALENTO DOCENTE. Los tres primeros inscritos tendrán un 40% de descuento. Mucha suerte y demuestre que tienes talento. Atrévete a ser un docente con un megáfono en el aula.