Estás en la calle. No tienes trabajo. Te has tomado el mes
de vacaciones que tanto necesitabas. Comienzas a dormir mal. Tus “amigos” esos
que te tanto te repetían que contaras con ellos, no se ponen al teléfono. Logras
entrevistas para dentro de tres meses “chico estoy muy liado y antes, de
verdad, no puedo”. Los “cazafantasmas” te responden amablemente y luego te pasan
con los junior. Estás demasiado tiempo sentado en el sillón del salón.
Comienzas a jugar con la Tablet. No quieres abrir tu linkedin. Te quedas en
casa y luego te das un paseo por el parque. Todos los días te cruzas con la
pandilla de drogatas y con sus camellos. Cada cierto tiempo con la policía. Caminas
por la ciudad sin rumbo.
Entras en una librería y vas a esa maldita estantería
¡Autoayuda! Sí eres mayor. Ya pasas de los 40. Desde la universidad, desde la
escuela de negocios, desde que hiciste el último curso de PNL, con el que te
premio tu antigua empresa, no habías leído un libro de empresa y ahora estás
frente a la estantería de ¡Autoayuda! Como si en ellos estuviera tu salvación.
Como si fueran libros de empresa. Como si tuvieran algo que decir. "Pon al día tu autoestima". "Mira el mundo con otras gafas". "Es
el momento de ponerte a plantar algo".
"Sueña". "Ahora es tu momento". "Deja atrás la mala racha y ten buena suerte".
"El cocinero que vendió su mini de segunda mano". "Bienvenido autobús…." Son muchos más de los que te imaginas. Cientos de libros de
autoayuda con títulos infantiloides: "La rana y la mantequilla". "El ratoncito". "La
ardillita". "Se un león".
Si, te han despedido y crees que necesitas un manual para
encontrar trabajo: “encontrar trabajo es un trabajo” te repites, “es el momento
de transformar mi vida, mis ilusiones, mis familia : ser otro” te repites, “de
lograr lo que siempre he querido” te repites, “de terminar con esta mala racha
que dura años” te repites. Tu cabeza se llena de conversaciones.
Dejas de ser el que eras y te conviertes en un nuevo tipo de
consumidor: el parado. Pasas por caja y te llevas tres libros interesantísimos. En la cama los miras y abres uno, y después otro, y después
otro: “Por favor se feliz”. “Las 8 leyes chinas para ir al cielo”. “El atajo
del mago”. Lo acabas de entender: ¡Es el momento de tirarlos! De tirar
esa basura autocompasiva, que te trata como si fueras un estúpido. Si, pasas de los 40 años pero no eres un tipo indefenso, ni
estás alelado, ni eres un inútil. Eres una persona que pasa por una dificultad.
Nada más. Una grave dificultad. Cuanto antes lo arregles mejor.
CHOMIN ALONSO
Experto en procesos de cambio
y mejora en situaciones complejas
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