lunes, 3 de julio de 2017

ME ESTÁN QUITANDO MI PUESTO DE TRABAJO


Siempre me llamo la atención la expresión “me están quitando mi trabajo”  cuando las empresas procede a los expedientes de regulación de empleo o despiden a alguien. El trabajo fijo es algo casi del pasado. Nos guste o no, nos tenemos que acostumbrar a empleos cada vez más eventuales y menos predecibles. Mi colega Chomin Alonso y yo estamos escribiendo un libro titulado “Sin Sin Sin”. (Sin salario, Sin oficina, Sin horario). En esta obra comentamos cómo está cambiando el mundo del trabajo y cómo subirse a ese tren antes de que tome demasiada velocidad y no nos podamos subir.


La expresión en cuestión la he escuchado de activos trabajadores que defienden su puesto de trabajo, actitud sin lugar a dudas meritoria. No obstante dicha expresión parece un tanto perversa y explicaremos por qué.

¿Tu trabajo es realmente tuyo? ¿Uno tiene realmente posesión de su puesto de piloto, médico o docente? Si realmente fuese una propiedad y la persona tuviese una plaza de profesor, de piloto o lo que fuese podría venderla, alquilarla u obtener frutos de su trabajo. Estoy rizando el rizo.  Pero lo cierto es que no es una propiedad como tal.

Ante la expresión de “me están quitando mi trabajo” me gustaría hacer una puntualización y es que uno no tiene un trabajo. Como mucho una profesión, pero nunca un puesto de trabajo,  como mucho uno es titular de un puesto de trabajo, pero nunca tiene un puesto de trabajo. Dicho puesto de trabajo como mucho sería de la empresa, de la organización laboral, pero nunca del trabajador.


Conste que no estamos intentando desprestigiar la labor de los sindicatos, son necesarios y muy necesarios, pero a veces la actitud de decirles eso a los trabajadores no es la más adecuada. Ni siquiera para ellos mismos a la hora de proteger su puesto de trabajo.

En el tan traído pensar el hablar y hablar el pensar, me viene a la memoria la frase de Guillermo de la Dehesa miembro de la Real Academia de la lengua: “Un lenguaje pobre lleva a un pensamiento pobre”. Por eso el hecho de pensar que tu trabajo es tuyo te lleva a defender algo equivocado. Defiende tu profesión, defiende tus derechos, defiende tu dignidad pero nunca puedes defender, y lo que es más, reclamar como tuyo algo que no es de nadie.

 
Guillermo Sánchez Prieto

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