Ciertos supuestos
profesionales terminan por no serlo. Al menos en el ámbito de la formación. Por
nuestra parte queremos contribuir a distinguir a un buen profesional de una
aficionado o de un oportunista. En 14 puntos que explicamos a continuación:
- El precio. Lo que más les preocupa es el precio y fundamentalmente el precio. Por lo general suelen ofrecer simplemente una propuesta económica sin más. ¿Quieres contratar un profesional o a un mercenario?
- No detectar necesidades. No plantean ningún método de detección de necesidades. Directamente creen saber lo que el participante necesita sin haber hecho al menos una pequeña encuesta, alguna llamada telefónica o al menos una entrevista con el responsable de formación.
- No evalúan la satisfacción. Ni con el cliente ni con los participantes. Nos preguntan si el curso ha gustado, en que puedes mejorar. No pasa ni un solo cuestionario ni preguntar. Si no se pregunta por la satisfacción es muy difícil mejorar. Lo que no se evalúa se devalúa.
- Si evalúan no comparten los resultados. Algo quiere decir que no ha ido bien
- La persona. Pregunta por la experiencia del formador, otra historia y sobre todo por sus métodos. Como enseñan lo que quieren enseñar. ¿Tiene variedad de métodos? ¿tiene método? O son solo técnicas.
- No se plantean objetivos de ningún tipo. Los profesionales de la formación saben que hay tres tipos de objetivos a la hora de abordar la formación. Si no te plantean ningún objetivo decente ni docente
- Nos presentan los contenidos. Si es que han detectado necesidades, no presentan los contenidos sobre los que se va a trabajar.
Guillermo Sánchez Prieto |
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