“Es posible que inicie un proceso de selección y no sé si
decírselo a mi jefe. De hecho ya he tenido un contacto telefónico. Me da la
sensación de que no estoy siendo transparente.” Éstas fueron las palabras de
una clienta que nos consultaba su dilema.
Nos pedía consejo sobre qué hacer. ¿Decirle a su jefe si está en un
proceso de selección o no?
En ocasiones, las metáforas son la mejor forma de entender algo
sin explicarlo. Le planteamos la siguiente situación ¿Qué harías si, teniendo
pareja, te fijases en otra persona? ¿Se lo dirías a tu pareja? La respuesta fue
rápida: “no, claro que no. Sólo por fijarme en alguien no diría nada. Lo único
que conseguiría sería crear incertidumbre a mi pareja.” Pues algo parecido
ocurre con tu actual jefe. Si le comentases que estás pensando en cambiar a tal
o cual empresa, la incertidumbre que crearías sería tal que no se trabajaría en
unas condiciones saludables, mentalmente hablando, claro.
Qué decir y qué no decir a una pareja, al igual que a un superior
o a un colaborador y cómo decirlo es todo un arte con mucha ciencia detrás.
Tienen más en común de lo que parece. Las personas no nos acostumbramos a que
estamos con personas, más que con colegas de trabajo o clientes. Si a las
personas del trabajo las tratamos más por lo primero (trabajo) que por lo
segundo (su condición de personas) se producirá alejamiento, distancia,
conflicto, etc. Eso no quiere decir que haya que tener amistad. Uno se puede
llevar bien con otro teniendo una relación simplemente cordial.
Cada Momento Cuenta |
La comunicación nos ayuda a salir de esos dilemas y a poder
organizar nuestros pensamientos. La obra del Dr. Alan Cirlin en “Cada momento
cuenta: hábitos de comunicación para construir una pareja feliz” supone todo un
compendio de acciones y reflexiones que nos ayudará a mejorar mucho nuestra
comunicación y nuestro trabajo. Buen trabajo y buena pareja.
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