martes, 31 de enero de 2017

SOMOS MEJORES EN DEBATE

El primer debate competitivo que se llevó a cabo en España fue organizado por Miguel Ortega quien comandaba la primera Sociedad de Debates de España, la Sociedad de Debates Complutense. Fue el 24 de marzo de 1994. Ocho estudiantes universitarios tuvimos la fortuna de estar ahí. No sé si la fortuna o la mala suerte: el formato era poco dinámico, la preparación escasa y la resolución no estaba acotada como se hace hoy en día, era un simple a favor o en contra. Pero ahí estábamos ocho universitarios entusiasmados de poder opinar y compartir lo que habíamos aprendido e investigado. La verdad es que nuestra técnica era bastante mejorable.
 

23 años después asisto al II Torneo de Debate "Colegio Sagrado Corazón de Jesús" de Madrid. Un torneo de 16 equipos escolares de toda España. En dicho torneo Grupo BLU actuaba como patrocinador y como tal, me invitaron a participar como juez en algunos debates. Me quedé gratamente sorprendido del alto nivel de los equipos que tuve que juzgar. Los argumentos eran de un buen nivel filosófico y expresados con mucha seguridad aunque en ocasiones también con falta de naturalidad. Sin embargo, y a pesar de todas las críticas que se pudieran hacer, ojalá lo hubiésemos podido hacer así de bien entonces hace 23 años.


Todo el movimiento de debate que se está generando en España representa una puerta de entrada para un futuro mejor. Hoy día en España se anima a que las personas abran sus propios negocios y empresas, se conceden ciertas ayudas fiscales, se organizan espacios para emprendedores con todo tipo de subvenciones y facilidades. Pero ¿cómo pretendemos que la gente emprenda si ni siquiera les damos la palabra cuando están en el colegio? ¿Cómo van a montar una empresa si no se atreven ni hacer una pregunta a su profesor?  Necesitamos debatir como forma de tomar la palabra y crecer.


Las actividades de debate consiguieron que Estados Unidos fuese lo que es hoy en día. De hecho la literatura científica así lo corrobora. El artículo científico Competitive speech and debate: how play influence American educational practice de  Michael D. Bartanen y Robert S. Littlefield explica cómo  el debate, especialmente hasta los años 30, fue una fuente de socialización, creación de capital social, empowerment social, además de generación de un basto conocimiento académico. ¿Queremos lo mismo para el mundo hispanohablante? Pues apostemos en nuestras escuelas por el debate.

Guillermo A. Sánchez Prieto


www.blugrupo.com


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por tus comentarios en el blog de Grupo BLU