Un
ejemplo muy didáctico de debate lo encontramos en la película protagonizada por
Al Pacino Esencia de mujer. El Teniente Coronel Frank Slade, retirado a
causa de su ceguera, entabla amistad con Charlie Seems, alumno de un colegio de
elite. Una noche Charlie y su compañero George Willis observan cómo otros
chicos preparan minuciosamente una broma dirigida al director del colegio. Por
medio de un proceso disciplinario, parecido a un debate o un juicio, el
director del colegio decide averiguar quiénes han sido los autores de dicha
broma. Se encuentran presentes, en la sala, todos los alumnos de la Escuela
Baird, un comité disciplinario integrado por profesores y alumnos, el amigo de
Charlie junto a su padre y Charlie acompañado de su nuevo amigo el Teniente
Coronel Frank W. Slade. El proceso comienza.
El
director del colegio presiona a George Willis para que cante y diga
quiénes han sido los autores de la broma. George acaba denunciando a sus
compañeros. Sin embargo, el testimonio de Willis resulta poco preciso. El
envalentonado director presiona a Charlie para que corrobore el testimonio de
Willis. A pesar de las presiones Charlie se resiste a alcanzar la categoría de soplón.
Esta cerrazón del alumno acaba por desquiciar al director de la institución
quien amenaza al alumno con la expulsión definitiva. El Director, además,
ensalza la moral de Willis y rechaza los valores de Seems.
Cuando la tensión alcanza su punto álgido el Coronel Slade toma la palabra por sorpresa con la intención de defender a Charlie. El militar retirado arremete contra las palabras del director de manera agresiva y con lenguaje tabernario. Sus palabras son cada vez más duras contra el sistema del colegio y con algunos puntos de su ideario. Se enfrenta directamente al director con tal de defender la valía de su joven amigo. Slade deja claro que los verdaderos líderes son los que no denuncian a sus compañeros con tal de comprar su futuro (el Director del colegio intentó sobornar a Charlie con una beca en Harvard). Slade se presenta a sí mismo como un hombre de escasa valía al compararse con Charlie. En el final de su alegato el Teniente Coronel, dirigiéndose directamente al comité por única vez en todo el discurso pide que confíen en Charlie asegurándoles que en un futuro se sentirán orgullosos de él. El tono de voz y los gestos amables al dirigirse al comité, prácticamente hablan por sí solos en defensa de Charlie. Tras un ligero silencio la multitud irrumpe en aplausos al Teniente Coronel Frank W. Slade.
Cuando la tensión alcanza su punto álgido el Coronel Slade toma la palabra por sorpresa con la intención de defender a Charlie. El militar retirado arremete contra las palabras del director de manera agresiva y con lenguaje tabernario. Sus palabras son cada vez más duras contra el sistema del colegio y con algunos puntos de su ideario. Se enfrenta directamente al director con tal de defender la valía de su joven amigo. Slade deja claro que los verdaderos líderes son los que no denuncian a sus compañeros con tal de comprar su futuro (el Director del colegio intentó sobornar a Charlie con una beca en Harvard). Slade se presenta a sí mismo como un hombre de escasa valía al compararse con Charlie. En el final de su alegato el Teniente Coronel, dirigiéndose directamente al comité por única vez en todo el discurso pide que confíen en Charlie asegurándoles que en un futuro se sentirán orgullosos de él. El tono de voz y los gestos amables al dirigirse al comité, prácticamente hablan por sí solos en defensa de Charlie. Tras un ligero silencio la multitud irrumpe en aplausos al Teniente Coronel Frank W. Slade.
Hasta
aquí los hechos. Un ligero análisis cronológico, junto con un visionado de la
película, nos ayudará a entender una situación de debate en las palabras del
personaje encarnado por Al Pacino y su estrategia para ganarse al público y al
jurado.
- Critica la escasa valentía de George Willis al denunciar a sus compañeros y establece una referencia moral de baja calidad.
- Arremete contra el director de manera agresiva, con lo que gana la benevolencia de la mayoría de los alumnos. Además, Slade sabe que el director no tiene capacidad de decisión al respecto.
- Slade critica y hace dudar de las palabras del director reprochándole sus principios acerca de lo que debe ser un buen alumno. Por lo menos hará dudar al comité disciplinario.
- Slade se rebaja a sí mismo y engrandece la valentía y valía de Charlie. Si Charlie hablase tan bien de sí, no resultaría creíble en absoluto.
- Finalmente, en el momento de influir en el comité, hace ver a este qué ganarán si apoyan la inocencia de Charlie. El gesto resulta amable y el tono de voz comedido.
¿Qué
sucede al final? Será mejor que el lector se haga con la película pues seguro
que encontrará un ejemplo de capacidad dialéctica y estrategia de debate además
de disfrutar de dos horas del mejor cine.
Si
quieres saber más, puedes leer Educar en la palabra: Manual de Técnicas deDebate, oratoria y argumentación de BLU Editorial. Puedes adquirirlo en nuestra página de Grupo BLU
Guillermo A. Sánchez Prieto
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