“Hajime”
dice el árbitro con voz firme y tono elevado. En japonés quiere decir
“comiencen”. Los contendientes, competidores que no rivales, se saludan, aunque
no saben muy bien por qué, con una pequeña reverencia. En el judo esa pequeña
reverencia es un saludo que demuestra
respeto hacia el contrario pero sobre todo agradecimiento por todo lo que con este vamos a aprender.
En
debate es lo mismo. El debate es sobre todo agradecimiento y respeto. El hecho
de saludar al otro no solamente demuestra respeto, es sobre todo
agradecimiento.
¿Sucede
lo mismo en Debate? Es fundamental agradecer al otro su compromiso porque
gracias a eso vamos a poder mejorar nuestra técnica, que es lo que sucede en
judo. Ambos contendientes saludan al principio con una ceremonial reverencia
que al final se suele volver en un sincero aunque ligero abrazo. Pocas veces se
ve en debate ese comportamiento. En un debate académico y competitivo, gracias
a que el otro es buen rival, vamos a ser capaces de mejorar nuestra técnica
de oratoria y capacidad retórica. Por eso, en debate lo que debe motivar y lo que debe primar es sobre todo hacer un
buen debate, más que ganar debates. A un buen judoka no le estimula simplemente
ganar. Le estimula y le motiva ganar con un cierto esfuerzo y, por qué no
decirlo, con un cierto sacrificio. En debate ha de ser lo mismo.
Pero
este es el poso que debe dejar un debate, un agradecimiento sincero a alguien,
en principio ajeno, que nos ha ayudado a mejorar nuestra técnica. En resumen,
aprendamos en el debate el por qué el Judo es un arte que perdura y seguirá
perdurando.
No puedo estar más de acuerdo Guillermo. Debatir para ganar a costa del rival no debería ser nunca la finalidad de esta actividad. Debatir lo mejor posible aprendiendo de los compañeros y del rival hace fructífera esta labor.
ResponderEliminarEfectivamente Teófilo. No olvidemos que el debate, aunque sea una competición y tiene su aspecto lúdico como todas las competiciones, debería buscar un fin formativo. ¡Gracias por tu aportación!
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