La
frase no es mía, sino del grandísimo escritor y catedrático de estructura
económica José Luis Sampedro. La primera vez que la oí fue de labios de Antonio
Izquierdo, otro grandísimo sociólogo y demógrafo. El sociólogo la emplea para
explicar cómo una estructura demográfica se convertía en tal. De manera
parecida observo que muchos discursos no llegan a serlo puesto que no tienen
una estructura adecuada. Esa falta de estructura produce un discurso
deslavazado, del cual, solo, se entienden datos sueltos, y no una idea general.
En
los cursos de oratoria de Grupo BLU siempre procuramos enseñar a ordenar las ideas primero y a
expresarlas después. Así, es fundamental que un discurso esté dotado de
estructura. Por eso, la intención de este post consiste en aportar algunas
luces y varias soluciones.
Cuando
te encuentres preparando un discurso o una presentación resulta muy útil llevar
a cabo una tempestad de ideas con todo aquello que se nos ocurra. A
continuación, es bueno dotar de una estructura a todas estas ideas y las que se
me vayan ocurriendo.
Así,
para que puedas tener donde elegir, adjuntamos toda una retahíla de posibles estructuras
para que, según la circunstancia, adoptes la que más convenga. Confía en tu
intuición a la hora de seleccionar el tipo de estructura.
- Causas y efectos: Si se aplica esto pasa aquello
- Problema y solución
- Hechos, valoración de los hechos y propuesta de solución
- Inductivo: de los casos a la ley general
- Deductivo: de lo general a lo particular
- Por analogía: pasó allí, pasará aquí también
- Esquema “teletienda”: problema, soluciones intentadas y fallidas de la competencia y nuestra alternativa
- Cronológico/histórico
- Geográfico: de norte a sur, por estados, provincias…
- Según clases sociales
- Según grupos de edad
- De menos a más emotivo
- De menos a más caro o barato
- Según estructura económica. (Sectores productivos)
- Hombre-mujer
- Según edades
- Pros y contras
- Coste - beneficio
- Antes-después
- Otra opción es hacer una combinación de varios tipos de estructuras o que incluso cada uno sea un argumento.
- Las cuatro “Pes”: problema, posibilidades, propuesta y plan.
- Familiar: cómo afecta a padres/madres, hijos e hijas
- Políticamente de izquierda a derecha o viceversa
- … Si se te ocurre alguna más, compártela
Éste
tipo de estructuras es especialmente recomendable, también, a la hora de
escribir o redactar un texto. Adopta la que, según tu intuición, se ajusta mejor
a tu necesidad de discurso. De esta manera transmitiremos más certidumbre a
nuestra audiencia y conseguiremos un mayor impacto. Mucha suerte.
Guillermo Sánchez Prieto