lunes, 3 de abril de 2017

LO MEJOR QUE LE PUEDE PASAR A UN DOCENTE

Una de las mejores cosas que le puede pasar a un docente, además de que le paguen un salario generoso, es aprender de sus estudiantes. Cuando ves que tus estudiantes son capaces de enseñarte algo que no sabías, experimentas algo satisfactorio para lo que no encuentro término. Compruebas que efectivamente han atendido a la materia y también te das cuenta de que la han interiorizado. Pero sobre todo se experimenta una especial conexión.


Hace un par de semanas experimente esta situación. Ocurrió algo sorprendente en la signatura de negociación en ICADE. En dicha asignatura dedicamos un pequeño módulo a la toma de decisiones como paso previo a la negociación. Una estudiante de Estados Unidos, junto con un grupo de compañeros, estaba realizando una práctica del método FORDEC que nos enseñó el piloto de aviación Luis montes.


El método, explicado de manera sencilla, consiste en seis pasos de los cuales el primero consiste en enumerar y detectar los hechos de la situación que queremos solucionar. Una vez recopilados todos los hechos, el paso siguiente consiste en proponer opciones. Por lo general cuando llevamos a cabo este método con empresas y organizaciones, lo normal es que los participantes aporten sus ideas de manera ocurrente según les viene a la cabeza y simplemente las vuelcan en el papel.

Mientras tutorizaba a los grupos en este segundo paso del método me sorprendió muy mucho lo que se ve en la fotografía. 


Aquel grupo había planteado todas sus opciones con el siguiente encabezado: “Yo puedo…”. Aquel inicio de frase me llamó poderosamente la atención pusto que era una forma de concienciarse y creer de verdad que uno puede hacer algo ante un problema determinado. El efecto poderoso de las palabras siempre es una recompensa. Así, este grupo de chicos me enseñó que es muy poderoso comenzar cada uno de los puntos de las opciones del método FORDEC con las palabras yo puedo o podemos hacer…

Espero que este post valga como agradecimiento a este grupo de alumnos y en especial a la estudiante de la cual surgió la idea de manera serendípica, como se dice en la jerga científica.

Sin duda una innovación que incorporaré a partir de ahora al método FORDEC y que debo a la genialidad de la estudiante Celia Giancola. Thank you Celia!!!

 
Guillermo Sánchez Prieto

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