lunes, 29 de mayo de 2017

LA MEJOR ESCENA DEL CINE SOBRE ASERTIVIDAD


Todo aquel que haya visto la película Gladiador habrá reconocido en el personaje encarnado por Russell Crowe a un auténtico líder. Son muchas las escenas de la película que reflejan el verdadero carácter de un líder así como muchas de sus características. En algunas escenas se puede percibir mejor el liderazgo, en otras la capacidad comunicación, la toma de decisiones, etc.


Sin embargo, hay una escena que me cautivo especialmente por la fortaleza que trasmitía el personaje. En la película, el “malo“ es el Emperador Cómodo interpretado magníficamente por Joaquín Phoenix. Su envidia y rencor hacia Máximo, debido a su popularidad como gladiador es tal, que intenta acabar con él por medios “legales“. Después de haberle sometido a durísimas pruebas en la arena del Coliseo, el gladiador resulta triunfante lo cual provoca la ira del emperador. Éste baja a la arena y entabla una conversación con Máximo. En el vídeo podemos ver la escena y a continuación entenderemos el porqué del comportamiento de este líder.

Puesto que Cómodo no ha sido capaz de acabar con la vida de Máximo, decide pulsar la rabia de este apelando a sus emociones. Así la intención del emperador consiste en desestabilizar psicológicamente a Máximo y que este intente matarle. Así, el emperador tendría motivos justificados para acabar con la vida del Gladiador. 


Si lo pensamos detenidamente en muchísimas ocasiones hemos sido los gladiadores de esta escena así como en muchas otras habremos sido los emperadores de esta escena. Un concepto clásico que manejaba Marco Aurelio el emperador romano, que casualmente aparece en esta película, es el del daño y la ofensa. Así, cuando alguien intenta hacernos daño con sus ofensas, de nosotros depende que esa persona salga triunfante o no. Si le replicamos con otra ofensa, entonces le habremos demostrado que ha conseguido su objetivo puesto que nos ha hecho daño. Marco Aurelio lo explicaba mejor que yo cuando afirmaba “la mejor manera de vengarte de tu enemigo es no parecerte a él“. En esta meditación Marco Aurelio explicaba que si de verdad quieres vengarte de alguien a quien consideras enemigo, lo mejor que puedes hacer es alejarte lo máximo posible de esa persona tanto física como emocional y espiritualmente. En definitiva no seas como esa persona. Y para no ser como esa persona lo mejor es no actuar como esa persona.


La asertividad nos enseña que no tenemos por qué aceptar todas las premisas de los demás así como los demás no tienen por qué aceptar todas nuestras premisas. Que tenemos derecho a defendernos y a defender lo nuestro. Pero que tampoco podemos caer en el recurso fácil de la agresividad. Si somos agresivos o nos comportamos de manera agresiva estaremos legitimando al otro para que haga lo mismo. Así que sigamos las enseñanzas de Marco Aurelio junto con las de Manuel J. Smith en su magnífico libro “Cuando digo no me siento culpable”. En este texto nos enseñarán cómo manejar las situaciones más difíciles de la manera más asertiva posible. Una lectura esencial para una actitud fundamental en la vida, la asertividad: la ausencia de comportamiento agresivo o pasivo pero sobre todo el respeto a uno mismo. 


 
Guillermo Sánchez Prieto

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martes, 23 de mayo de 2017

Y SIGO SIN QUERER DEBATIR COMO ALBERT RIVERA, GRACIAS.


Me ha sorprendido la reacciones que ha provocado el artículo “No quiero debatir como Albert Rivera, gracias”. Reacciones a las que deseo contestar con el mejor de los ánimos.

No entiendo que se haya considerado un ataque personal a lo que es simplemente el disenso a una opinión, la de Antonio Fabregat, con quien tengo una relación cordial. Obviamente sería absurdo por mi parte hacer un ataque personal a un cliente, que lo ha sido, al que aprecio. Ojalá hubiese más como él, sobre todo en el ámbito universitario, pues si algo hay que reconocerle son las ganas de emprender.


 
Lo segundo que también me ha sorprendido es que algunas personas digan, como alguno ha puesto en el blog que no tengo ni idea de oratoria y debate. Sin conocer mi CV en debate me parece algo arriesgado: cofundador de la primera Sociedad de Debate en España, la Complutense; autor del primer manual de debate en España, si no en español; uno de los primeros principales impulsores del club de debate de la Universidad Pontificia Comillas de Madrid; primer profesor que imparte una asignatura reglada de debate en la Universidad Pontificia Comillas de Madrid; fundador del Club de Debate de la Universidad Camilo José Cela; creador del Primer Torneo de Debate Escolar que hubo en España que fue en el colegio Balder, pionero en España en aplicaciones pedagógicas del debate en el ámbito universitario… no quiero aburrir. Seguro que hay personas que saben mucho más que yo, sin duda, pero de ahí a decir que no tengo ni idea… me cuesta creerlo, siendo la persona en España con más años de recorrido académico en debate. Todo por expresar un gusto, una preferencia y una opinión. Me encantaría que los que tanto saben por lo menos lo escribiesen y así pudiesen compartir algo de tanta sabiduría en debate. No confundamos experiencia con conocimiento.

Se toma como políticamente incorrecto o como un ataque, un disenso. No estoy arremetiendo contra la persona de Albert Rivera a quien reconozco que ha tenido gestos de valentía política, ni contra sus ideas políticas. Simplemente no me gusta su estilo de debate. Me gustaba la oratoria parlamentaria de ciertas personas, con quien sin estar de acuerdo en muchas de sus ideas políticas, me parecen un ejemplo de mesura y elegancia política, es el caso de Durán i Lleida. Tanto es así que recientemente coincidí con él en un restaurante en Salamanca y con gusto me acerqué a saludarle. O como fue el caso de Nicolás Sartorius, antiguo parlamentario de edad avanzada y de ideas distintas a las mías, a quien recientemente me encontré por la calle y también con sumo gusto me acerqué a saludarle y a felicitarle por su estilo parlamentario. No confundamos el estilo con el fondo.


 
No quiero arremeter contra los debatientes, como en algún caso también se ha dicho. Pero sí me preocupa, en ocasiones, con cómo se está gestionando el debate en España. Cualquiera que lo desee puede ver un debate en YouTube de la CEDA en Estados Unidos y ver en qué se ha convertido el debate. Todo con tal de ganar y por poner el acento en lo competitivo frente lo educativo. Algún día esto se merecerá un post. No confundamos la herramienta con el fin.

Disentir o expresar desacuerdo no tiene porqué ser un ataque, pero parece ser que algunos así lo perciben. De la incomodidad, en ocasiones de la frustración, se produce el crecimiento pero a veces nos parece más cómodo escuchar lo cómodo e ignorar lo incómodo.

 
Guillermo Sánchez Prieto

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martes, 16 de mayo de 2017

LOS COBARDES NUNCA EMPEZARON, LOS DÉBILES MURIERON EN EL CAMINO, SÓLO LOS FUERTES LLEGARON


Dedicado a Pili

La fotografía pertenece a la película "About Schmidt" en España "A propósito de Schmidt". Cuenta la historia de un hombre que al término de su jubilación se cuestiona si su vida ha tenido sentido. La cinta está magistralmente interpretada por Jack Nicholson y al final de la misma, mientras el melancólico jubilado visita un museo sobre los pioneros en Nebraska, se encuentra con esta frase. "Los cobardes nunca empezaron, los débiles murieron en el camino, sólo los fuertes llegaron. Eran los pioneros".


A los emprendedores nos ocurre algo parecido, hemos tenido miedo de comenzar, hemos tenido la debilidad de abandonar (que tampoco sería una debilidad, sino en ocasiones inteligencia) y en algún caso es posible que muramos en el camino, lo cual tampoco sería un fracaso. Lo que sí es cierto es que si abandonas no ganas, como diría Napoleon Hill "los que abandonan nunca ganan y un ganador nunca abandona".

Estados Unidos es un país en el que la cultura emprendedora está muy bien vista. Quizás porque sea un país hecho por pioneros se valora muy positivamente el hecho de que una persona quiera emprender su propia empresa. En el sur de Europa, es todo lo contrario, " Tu búscate un empleo fijo y si es posible de funcionario ", "Pero ¿cómo vas abandonar un empleo fijo en un banco?" "¿No sería mejor trabajar para una empresa grande?" Este es el tipo de comentarios que suele hacer cualquier persona que no emprende pero que sobretodo le da miedo emprender y que por supuesto es lo que transmite al que decide emprender.

Personalmente, he recibido los más agradecidos y animosos comentarios por parte de hermanos, del tipo "eso no es un modo de vida", "has hecho mal dejando tu puesto de trabajo en una empresa". Por parte de amigos "jajajaja…el empresario que no se puede permitir salir a cenar una noche por ahí" o incluso de alguna pareja "es que los novios de mis amigas todos trabajan en empresas" o "envía tu curriculum a esta entrevista de trabajo, es perfecto para ti, seguro que te contratan", "es que yo quiero algo seguro". Obviamente todas estas personas, no comprendían ni se les pasa por la cabeza la idea de emprender. No sé si casual o causalmente todas estas personas tenían empleos fijos y lo más curioso eran hermanos o hermanas mayores (eso se merece otro post).




Sinceramente y con la mano en el corazón, no creo que lo hiciesen con ninguna mala intención, lo hacían y lo decían porque pensaban que lo mejor para mí era lo que era mejor para ellos.

Si de verdad tienes un ansia, si de verdad tienes un deseo, si de verdad tienes un sueño o una visión, la gente que de verdad te apoye estará a tu lado, en las duras y en las maduras. Pero eso sí, te apoyan si de verdad ven un esfuerzo, una honestidad y sobre todo un deseo sincero de hacer bien las cosas.

Que no te incomode que no te apoyen como a ti te gustaría. No guardes rencor si no te dicen lo que te gustaría oír. Pero si de verdad te apoyan agradécelo como puedas y tanto como puedas. Gracias Juan. Gracias Alex. Gracias Félix. Gracias Pablo. Gracias David. Y gracias, muchas gracias Pili.


 
Guillermo Sánchez Prieto


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lunes, 8 de mayo de 2017

NO QUIERO DEBATIR COMO ALBERT RIVERA, MUCHAS GRACIAS.


Recientemente leía una entrevista a un joven orador considerado uno de los mejores oradores del mundo. La afirmación me parece cuanto menos cuestionable por imposible ¿cómo se evalúa al mejor orador del mundo? Es algo así como lo de las Misses o los Místers en los concursos de belleza, cuestión de gustos. No hay forma de demostrarlo. Vaya por delante que no quiero quitar méritos a nadie. Sin embargo, reconozco que lo que llamó mi atención y provocó mi curiosidad fue el titular ¿Quieres debatir como Albert Rivera o Pablo Iglesias? Algunos consejos del mejor orador del mundo.




Sinceramente, no creo que Albert Rivera se un modelo de oratoria. Es un orador bastante bueno, no lo niego. Lo que me llama la atención es que se le proponga como modelo. Quizás Pablo Iglesias sí podría tomarse como modelo oratorio en ciertos aspectos, aunque personalmente no esté de acuerdo con muchas de sus ideas políticas.


El paso más peligroso es que se les considere buenos políticos por ser buenos oradores. Ser buen orador es condición necesaria, pero no sufciente para ser un primer espada de la política.


Ser buen político es sólo saber hablar bien. Lo digo por Pablo Iglesias y por Albert Rivera. Me llama a la atención un grupo de Facebook de debatientes que se llama “orgullosos de ser debatientes y mejores que nuestros políticos”. Un político es simplemente alguien que sólo sabe hablar bien o debe ser alguien que debe tomar buenas decisiones. Y sobre todo saber solucionar problemas así como escuchar a la ciudadanía. Me preocupa seriamente que se piense que un político es una persona que simplemente tiene labia.




En alguna ocasión he visto como algunas personas dicen que les gustaría hablar como Pablo Iglesias o como Albert Rivera. Desde mi punto de vista no me parece que una persona se le puede considerar que habla bien si no expresa buenas ideas y sobre todo si no las tiene o no hace por cultivarlas.


Albert Rivera, tiene una voz excelente, buena planta, una sonrisa cautivadora y unos ademanes que mantienen la atención. Sin embargo algunos detalles como el sucedido en la Universidad Carlos III de Madrid me hacen pensar, y no muy favorablemente, sobre la capacidad oratoria de Rivera. En un momento dado Carlos Alsina – el periodista que moderaba el debate entre Iglesias y Rivera- pregunta a ambos líderes por un libro que recomendarían a la multitud universitaria. Rivera responde “Como jurista que soy recomiendo que se lea algo de Kant”. Alsina, moderador, pregunta con astucia “Y en concreto ¿qué recomendaría de Kant?” respuesta de Rivera, “Bueno, en realidad no he leído nada de Kant pero recomiendo que se lea algo de Kant”- acompañado de una risa semi-nerviosa. Lo siento, pero no me parece que sea ejemplo de un gran orador y mucho menos un gran debatiente pues quedan patentes varios aspectos que quedan para el aprendizaje de quien quiera ser un gran debatiente:

  • Falta de estrategia. No puedes decir nada que no puedas defender hasta el final.
  • Falta de conocimientos. Una persona medianamente instruida podría responder “Crítica de la razón pura” o “Crítica de la razón práctica” aunque no haya leído ninguno de los dos y al acabar el acto corra desesperado a leerlo en una Tablet.
  • Falta de picardía. Dicho de otro modo, la mentira es necesaria y más en un terreno como la política.


Todo esto se podría aderezar con un manejo del humor, sin acritud, bastante mejorable. Véase el debate con Pablo Iglesias mediado por Jordi Évole.


Si me preguntasen si quiero debatir como Rivera, a día de hoy respondería, no gracias.



 
Guillermo Sánchez Prieto


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miércoles, 3 de mayo de 2017

LA MEJOR PELÍCULA PARA ENCONTRAR EMPLEO (O NO)


Dedicado a quienes, de verdad buscan empleo

Una de las mejores películas que he visto en los últimos años que aborda el tema de la crisis económica y la empleabilidad de los últimos años es The company men (John Wells, 2010). Esta película relata la crisis de un gran grupo empresarial en el que su cúpula directiva prefiere sacrificar empleos a renunciar a privilegios, excesos y frivolidades. De manera progresiva se sigue la historia de tres empleados que dejan de serlo. A partir de ahí se observan tres actitudes que reflejan valores y manifiestan comportamientos sobre cómo encontrar o no empleo. De hecho, esta película es una de las  tareas casi obligatorias en nuestro curso Trabaja en seis meses (o te devolvemos el dinero). 



Veamos los tres caracteres:

El sobrado. El personaje interpretado por Benn Affleck es el del habitual hombre de empresa excesivamente seguro de si mismo, confiado en que él no debe acometer ciertas tareas y que va a encontrar empleo en cuestión de semanas. La realidad le indica que ni es tan bueno como se cree ni el mercado está tan fácil como se pensaba. Este personaje no encuentra un empleo hasta que toca fondo. Es interesante ver cómo se comporta en los momentos previos a las entrevistas y durante las mismas. Realmente no invierte su tiempo en nada productivo pues piensa que está todo conseguido y que no hay que hacer nada. Finalmente ha de aceptar trabajos que nada tienen que ver con su trayectoria profesional y hasta que no toca fondo y se ve obligado a trabajar de albañil, no despega. Moraleja: ponte manos a la obra cuanto antes y acepta algo para después negociar. Siempre estás a tiempo de salir, pero no de entrar. La mejor frase: “no puedo parecer un imbécil más con un currículum en la mano. Tengo que parecer un triunfador“

El cobarde. Chris Cooper encarna la imagen de un hombre leal a la compañía en la que ha estado toda su vida trabajando. Cuando es despedido, la situación le supera y no sabe qué hacer. De hecho apenas da algún paso y ruega por un trabajo, casi lo mendiga. Es interesante observar de este personaje cómo se deja presionar por su pareja, por su hija y por la situación. Incapaz de decir no. Moraleja: cuanto antes aceptes que estás en el desempleo, antes comenzarás a buscar trabajo de calidad. La mejor frase: “no sé qué está pasando pero me he escondido aquí durante todo el día”.

El resolutivo. Tommy Lee Jones interpreta el papel de un hombre de la empresa que codo con codo levantó junto al dueño un emporio industrial de cientos de millones de dólares. Es el más rápido en aceptar que las cosas son distintas, que ya no tiene un empleo y también es el más rápido en ponerse manos a la obra. Sus motivaciones no son el dinero fácil y una vida lujosa. Sus motivaciones son crear empleo de calidad y vivir su vida laboral con pasión y sentido. Moraleja: si nadie te da una solución crea la tuya propia. La mejor frase: “siempre he dicho lo que estaba bien y lo que estaba mal y esto esta mal”.

¿Qué papel estás interpretando? ¿Qué papel quieres interpretar? De ti depende. Buen cine y buen trabajo.



 
Guillermo Sánchez Prieto


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