Antes de nada espero
que este post sea del agrado y de las correcciones de la comunidad GTD. Este
post está inspirado en los principios de productividad de David Allen y de lo
que he aprendido del método GTD. Espero los comentarios críticos, que no
cítricos, de los expertos de la comunidad GTD en español entre ellos Cruz
Guijarro, José Miguel Bolívar y Paz Garde.
Una de las razones por
las que en ocasiones, la mayoría de las veces no somos capaces de rendir es porque
no distinguimos entre proyectos y acciones. Por ejemplo decir que quiero bajar
peso no es ningún proyecto ni una acción, es un deseo. Decir que quiero bajar
seis kilos en cinco meses sin pasar hambre eso sí es un proyecto. Por lo
general, cuando empleamos verbos o lenguaje nebuloso como dice José Miguel
Bolívar en su libro Libérate del estrés
con GTD, eso nos impide poder tachar de la lista ese Ítem. Así, el lenguaje
del proyecto tampoco nos permite tachar ese ítem. Si queremos pensar con
eficacia, tendremos que distinguir entre proyectos y acciones. Siguiendo
con el ejemplo de la pérdida de peso, el proyecto ha quedado claro, bajar seis
kilos en cinco meses. Lo que nos va a capacitar y permitir movernos adelante va
a ser el concepto de acción: caminar todos los días 30 minutos, ir al gimnasio
de la esquina para preguntar por las tarifas, comprar unas zapatillas en el
centro comercial de mi barrio... tienen características que las hacen
inconfundibles de los proyectos. Veamos algunas de sus características, en mi
opinión:
- Las acciones es lo que hace el proyecto. Como dice David Allen en su libro “Organízate con eficacia”, no se hace un proyecto, se hacen las acciones. Por muchas metas que te marques, muchos hitos que señales, muchos fechas tope que pongas, de nada te sirve si no marcas acciones concretas.
- Las acciones están dentro del proyecto no al revés. Ten claro qué acciones están dentro de cada proyecto y si de verdad te acercan o no a ese objetivo final que es el resultado de tu proyecto. Si no te acercan de verdad no las hagas, organízalas, en tu lista ALGÚN DÍA / TAL VEZ.
- Las acciones se ven, los proyectos realmente no. Un proyecto, su resultado, muchas veces no se ve hasta que no está totalmente terminado. La acción sí que nos permite tener una cierta motivación a corto plazo y ver que nuestro proyecto va progresando. Pero el proyecto, como tal, no se ve, la acción sí es visible. Si no es visible, no es acción. Las acciones se ven antes que el proyecto.
- Si tienes más de una acción encaminada a un mismo fin, entonces tienes un proyecto. Da igual si son dos, tres o 500. Varias acciones, encaminadas a conseguir un mismo resultado, suponen un proyecto.
- Las acciones sólo las puede hacer una persona a la vez. Una acción no es realizable por dos personas al mismo tiempo ¿los dos no podemos llamar a tal o cual contacto al tiempo? O lo hace una persona o lo hace otra pero nunca los dos al tiempo.
- Las acciones requieren de medios. Bien sea una persona, una herramienta (teléfono, conexión Internet, ordenador…) o un espacio concreto, siempre tiene que haber un medio ligado a la acción. Aunque sea un simple papel y un lápiz. Es lo que en GTD le llamamos CONTEXTOS.
- Las acciones solo se pueden hacer de una vez. Una acción no es algo que se puede interrumpir, un proyecto sí. Cuando estés planteando llevar a cabo acciones asegúrate que se pueden iniciar y comenzar de una sola vez. Quizás es posible que estemos confundiendo acciones con sub proyectos y con proyectos.
Hoy mismo, si quieres producir más y mejor haz una lista de proyectos
y vinculaciones a esos proyectos y por supuesto, revísalos semanalmente.
Guillermo Sánchez Prieto |
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